martes, 8 de febrero de 2011

cumple tus sueños!

No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo, ni si quiera yo. Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. ¿Sabes?, la gente que no logra conseguir sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos

viernes, 4 de febrero de 2011

¿qué quieres?

-Y tú, ¿ Qué quieres ?
-Mmmm, quiero tocar las estrellas, quiero una casa en primera linea de playa, quiero tener un pony...
-No, boba, sabes a lo que me refiero..
-Lo se, lo se
-Pues venga, respóndeme..
-¿Puedes repetirme la pregunta?
-¿Otra vez?
-Sí, venga..
-Esta bien.. Y tú, ¿Qué quieres?
-¿Que qué quiero? Quiero levantarme por las mañanas y ver tu cara nada más abrir los ojos, quiero que me llames todos los días, que te preocupes si no estoy bien, que me preguntes, que me llames princesa, que me abraces, que me beses, que te pongas celoso de otros chicos, quiero tenerte cerca, que intentes hacerme reír, que te mueras por verme todos los días, que no llegues tarde, que salgas unicamente para verme a mi, que no dejes de lado a tus amigos por mi, que vivas cada día como si fuese el primero, que me digas te quiero cuando lo sientas, quiero vivir un sueño, nuestro sueño.

jueves, 6 de enero de 2011

hoy vomité sal..

Hoy vomité sal. Hay gente que no entiende que de repente te entren ganas de llorar y tengas que hacerlo, sin importar dónde estés o qué hagas. Que llega un momento en el que el bote está lleno y no caben más lágrimas, que guardarlas implica dejar que una parte de ti se rompa, se pudra, se llene de bichitos malos y convivan dentro de ti hasta la vida siguiente. Di que estás mal y lo entenderán. Di que no es tu mejor momento, que no quieres hablarlo, que simplemente no puedes. Lo que sea. Cualquier cosa salvo levantar la cabeza y hacer lo imposible porque el dolor se quede dentro. ¿Sabes? Cuando alguien se acerca y me pregunta que a qué creo que sabe la tristeza yo siempre contesto que sabe a sal. ¿A qué si no? Todo el mundo ha saboreado una gota alguna que otra vez. Las lágrimas son saladas. Un poco de sal está bien, mucha pica y demasiada escuece tanto que te hace enfermar. De vez en cuando, el tarrito se llena y avisa anudándose en la tráquea; por eso, es importante que no creas que tus tarros son infinitos, no te mientas repitiéndote cuánto eres capaz de aguantar. Aquí no gana el que guarda más sal. Se trata de echarlo fuera. De vomitar tristeza antes de autodestruirnos.